El espejismo de la educación básica
- De la Redacción
- 27 feb 2016
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Doña Cuca es originaria de la comunidad que lleva por nombre, San Ignacio, pegadita a San Luis Boro, en Atlacomulco.
Un día, muy temprano, cerca de las 7:00 horas, Doña Cuca y su nieta ‘Lupita’, casi echando carreritas, se dirigen con mucha prisa hacia la primaria de la comunidad. Jadeantes y con la mirada fija en el pavimento, se percatan que el maestro de Lupita camina en sentido contrario, lo que hace que la abuela y la nieta se queden viendo una a la otra de manera inquisitiva, pero sin pronunciar una sola palabra.
Conforme se acerca Pedro López, profesor originario del Valle de México, específicamente, de Coacalco, saluda con una mueca y un semblante poco afable a Doña Cuca y a Lupita.
- Buenos días, maestro.
-Buenos días Doña Cuca. Adiós Lupita
- Maestro, ¿a dónde va? Ya es casi hora para que comiencen las clases. ¿Por qué se va?
- Lupita, no sé cómo explicar lo que siento, pero de todas maneras, cuando llegues a la escuela, te vas a enterar. Ayer fue el último día que se dieron clases en la primaria. El director acaba de informarnos que, por órdenes de “arriba”, la escuela se cierra.
- Maestro. No nos diga eso, ¿por qué? No es justo, ahora ¿dónde va a estudiar mi Lupita?
- Doña Cuca, lo mismo me pregunto. ¿Qué harán los niños que no tienen dinero para viajar al centro del pueblo, que sus familias apenas tienen para comer y vestir? No lo sé, y me da mucha tristeza irme así de esta comunidad, a la que ya me había acostumbrado. No les puedo decir más. Si gustan, hablen con el director, él les puede decir, detalladamente, lo que sucederá a partir de hoy con ustedes. Nos vemos.
- Pero, ¿maestro?- Grita Lupita, mientras su ‘profe’ se aleja con el ánimo por los suelos.
Doña Cuca y Lupita llegan a las instalaciones de la primaria. Afuera y dentro de la escuela, hay muchos niños y padres de familia, indignados y molestos por el cierre de la escuela. De repente, el director de la institución, se acerca a los padres de familia y sus hijos. Reina el silencio y el director comenta que la escuela cierra sus puertas debido a la falta de alumnos por grupo, pues el gobierno parece no estar de acuerdo en gastar dinero en escuelas que tengan entre 10 y 20 alumnos por grupo.
“Nosotros ¿qué culpa tenemos de eso? No es justo, nuestros hijos estaban muy bien aquí”, son palabras que se dejaban escuchar en el recinto escolar por varios padres de familia, inconformes con la situación.
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