Una mujer con vocación de enseñar y ayudar

María Téllez Santiago: un adiós anticipado.

Maestra, madre, amiga, comadre, madrina, vecina y luchadora social, una mujer protectora, valiente, aguerrida e imponente que ama la naturaleza, la oratoria, la música y la lectura, defensora de sus ideales, carismática y alegre. Así es María Téllez Santiago, docente de educación primaria por más de 30 años, profesión a la que dedicó parte de su vida olvidándose de sí -y en ocasiones de su propia familia-, fijándose la meta de tener una escuela que diera cobijo a los niños de la comunidad de tercera manzana, barrio Iturbide Ixcaja, en el municipio de Timilpan.

El viernes 4 de julio la vida profesional de la profesora Téllez, concluyó entre agradecimientos por parte de sus compañeros de trabajo y lágrimas que brotaban de las pequeñas caras de los niños de la escuela primaria “Tlacaelel”, recinto educativo en el que trabajó por más de 15 años. Fue ahí donde ayudó a padres de familia a crecer y crear, imaginar y luchar, pero sobre todo, les enseñó que las ilusiones se vuelven realidad cuando se trabaja con entrega y vocación.

El reloj marcó el medio día, el sol se negó a salir y prefirió ocultarse tras las nubes, mientras docentes, alumnos, compañeros, amigos, familiares, ex alumnos y directivos se reunieron para decirle ¡hasta pronto!

La música, la poesía y los bailables se hicieron presentes. Mari permanecía con la mirada fija en sus ahora, ex alumnos, como no queriendo partir. En todas las caras había tristeza, dolor en los corazones, el viento traía recuerdos de años pasados, de historias que se quedaron en la mente de los presentes, mismos que se unieron en una sola frecuencia para reconfortar la voz se quebrada, y las lágrimas de la profesora Téllez.

Julio César, hijo de la profesora Téllez, externó con voz cortada a nombre de sus hermanos, la manera en cómo apoyaron los años de vida profesional de su madre. Ella no pudo ocultar su nostalgia. Daniel Martínez Chimal, directivo de la institución, agradeció a su antecesora por cada uno de los momentos profesionales y personales compartidos; lo mismo hicieron ex alumnos que, con palabras amorosas, plasmaron su sentir a quien les dedicó muchos años a enseñarles con respeto y responsabilidad.

La profesora María Téllez Santiago deleitó a los asistentes con un discurso sincero, sensible y sustancioso, en el que inmortalizó a personajes que la apoyaron para construir la escuela. La sensibilidad de sus palabras llegó al fondo de los corazones de sus compañeros, ex alumnos y demás personalidades presentes, quienes se volcaron en aplausos y porras para la profesora.

Ya no habrá listas por pasar, mañanas en las que se sale corriendo, planeaciones que realizar, eso quedó en el pasado. Esta vez la profesora Téllez ha decidido, o mejor dicho, el tiempo decidió que se quede en casa, acompañada de su familia. Sin duda, extrañará su vida como docente. Pero todo en la vida tiene un principio y un fin y este fue el final profesional de una luchadora social que deja el magisterio para continuar siendo una maestra de la vida, una madre que tendrá anécdotas que contar, una amiga que extiende la mano a todo aquel que lo necesite.

La maestra Mari guardó su material de trabajo. Ya no irá más a la escuela, a las dependencias de gobierno a gestionar materiales o implementos para su escuelita -como solía llamarla-. A partir de ahora se quedará en su hogar, pero permanecerá en la mente y en los corazones de todas las generaciones que ayudó a preparar, no sólo en lo académico, sino en lo personal.

¡Hasta siempre profesora Mari, siempre la recordaremos!