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DEJEN DE ESTAR ECHANDO LA CULPA DE TODO A LOS MAESTROS

  • shiguari
  • 10 jul 2015
  • 5 Min. de lectura

Durante los últimos años, específicamente, los profesores de educación básica han estado en el ojo del huracán por culpa de los medios de comunicación, pues se han dedicado a satanizar la labor del docente. Lamentablemente pagan justos por pecadores, porque, así como hay maestros con poca ética profesional, es un deber de la sociedad, reconocer que también existen docentes con ética, responsables, amantes de su trabajo y con un gran compromiso con la educación.

A pesar de ello, muchos docentes de educación básica en México siguen trabajando y luchando contra la corriente que quiere arrastrarlos hasta el punto de culparlos por todo, es decir, si los alumnos reprueban, es culpa de los profesores, si el alumno no hace la tarea, es culpa de los profesores por dejarles mucha, si el alumno sale bajo en las pruebas estandarizadas como PISA y ENLACE, es culpa de los profesores por no enseñarles bien y por estar rascándose la panza en los salones de clase; si el alumno sufre bullying es culpa de los profesores por no ponerle atención a los alumnos (cuando a veces los salones están saturados hasta con 60 estudiantes); si al alumno le roban el celular es obligación de los profesores resolver el problema, inclusive se les exige que reponga el celular, etc. Y entonces, ¿dónde queda la labor de los padres de familia?

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Cuando se trata de criticar y juzgar a los profesores, el grueso de la sociedad lo hace con base en rumores, en lo que se transmite en los medios de comunicación, en la mala interpretación que hacen de lo que medio saben de sobre la reforma educativa, etc.

Pero, padres de familia ¿qué están haciendo en casa con sus hijos para educarlos? Resulta bien fácil echarle la bolita y la culpa a los profesores sobre la educación de sus hijos. Muchos padres de familia ven la escuela como una guardería o como un lugar idóneo para que sus hijos pasen el rato, sin importarles si aprenden o no. No basta con que el alumno asista diario, eso no garantiza que aprenda o que trabaje en clase, si el papá o la mamá no le revisa las libretas o no está al tanto de lo que hace su hijo en la escuela, entonces, es claro que está evadiendo su responsabilidad porque NO está haciendo lo que le corresponde.

Claro, está el reverso de la moneda. Hay padres que sí se preocupan por sus hijos, los apoyan y los educan con valores, pues su conducta y su educación se ven reflejadas en el trato diario con sus maestros y compañeros de clase. Ahí está la prueba de que si el padre de familia está al pendiente de su hijo, el alumno va a responder y tendrá un buen aprovechamiento escolar, porque además, el padre de familia trabaja de la mano con el profesor en beneficio de su hijo.

Debe quedar claro, que la educación de un ser humano se forja en la familia, dentro del hogar y NO en la escuela. Una institución educativa y los profesores que en ella laboran, tienen la obligación de reforzar esa educación, acompañada de la transmisión de conocimientos. Los padres de familia, en cambio, tienen la obligación de ayudar a sus hijos con su aprendizaje, tal y como se especifica en el acuerdo número 717, expedido por el Secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet y publicado en el Diario Oficial de la Federación el 7 de Marzo de 2014, en el Capítulo VI, artículo decimonoveno:

“Los programas y acciones para el fortalecimiento de la autonomía de gestión escolar, deberán de generar los compromisos y mecanismos de apoyo para que LOS PADRES DE FAMILIA PARTICIPEN DE MANERA CORRESPONSABLE EN LA MEJORA DE LOS APRENDIZAJES DE TODOS LOS EDUCANDOS, EN GARANTIZAR LA ASISTENCIA DE SUS HIJOS A LA ESCUELA, EN DISMINUIR O ERRADICAR LOS ÍNDICES DE REPROBACIÓN Y DESERCIÓN ESCOLAR, ENTRE OTROS RETOS QUE SE IDENTIFIQUEN EN LA RUTA DE MEJORA DE LA ESCUELA”.

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El texto anterior, claramente explica lo que muchos padres de familia no entienden o no quieren entender, que deben de involucrarse completamente con las actividades de aprendizaje de sus hijos en casa y no pretender fiscalizar la actividad docente como muchos quieren hacerlo. Debe quedar claro el papel que cada uno debe desempeñar, el profesor diseña, planea y facilita actividades de aprendizaje basadas en los planes de estudio; el padre de familia debe de apoyar al alumno en el desarrollo esas actividades y el alumno es el principal actor, quien ejecuta dichas actividades para aprender. Entendamos el rol que nos toca desempeñar.

La profesora Claudia Parra, quien se desempeña como docente de inglés en una secundaria de San Felipe del Progreso, comenta que es muy difícil trabajar con alumnos cuyos padres de familia no los apoyan con las tareas o con el material que se le pide al alumno, y que además, hay padres que solapan la irresponsabilidad de sus hijos, provocando que sólo sean una estadística en la escuela “resulta incomprensible cómo un padre de familia aplauda que su hijo no tenga ni un solo apunte en la libreta, que esté pidiendo trabajos extra para que pase la materia, cuando en todo el bimestre se le estuvo pidiendo que se pusiera al corriente, y que además, venga a pedirnos cuentas de por qué su hijo o hija, reprobó o sacó mala calificación”. La profesora Claudia señala que durante los consejos técnicos se planean, entre otras actividades, estrategias cuya intención es mejorar los aprendizajes de los alumnos en riesgo de reprobación “hay alumnos que de plano son únicamente un número en la escuela, porque a pesar de que el papá o la mamá se presenta “n” veces en la escuela con la intención de supervisar el avance de su hijo, sigue en las mismas porque jamás le revisa las libretas o se sienta a hacer la tarea con él, basta con que el hijo le diga ‘no tengo tarea’, y ya, no es justo que nos echen la culpa de lo mal que está el alumno, por la culpa de la desatención del padre de familia hacia su hijo”.

Casos como el anterior hay miles, y no se debe de olvidar que la educación se construye en casa. Los padres de familia tienen que responsabilizarse de sus hijos en todos los aspectos, no sólo en brindarles comida, ropa o regalitos. Cuando se deje de culpar a los maestros de todo, cuando el padre de familia acepte que tiene una corresponsabilidad con los profesores sobre el aprendizaje de sus hijos y cuando deje de verse a la escuela como una guardería, entonces sí se podría pensar que pudiera mejorar la educación en México.

 
 
 

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