Editorial Edición 201
- shiguari
- 22 may 2015
- 4 Min. de lectura
Roberto Telles Monroy con paso firme al triunfo histórico en Atlacomulco
Con toda justicia y de manera sorpresiva, el Ingeniero Roberto Téllez Monroy se ha posicionado como el candidato opositor al PRI más fuerte en la contienda electoral que se desarrolla para ganar la Presidencia Municipal de Atlacomulco. Su campaña, aunque auster

a, ha sido eficaz para ganar adeptos y generar simpatías entre la ciudadanía atlacomulquense, cansada de vivir bajo un régimen autoritario priísta que sólo sirve para satisfacer los intereses de un reducido grupo de familias. El hecho de que los Presidentes Municipales surgidos de las filas del Partido Revolucionario Institucional, hasta ahora no hayan hecho absolutamente nada para llevar bienestar y progreso a cientos de miles de atlacomulquenses, ha despertado la urgente necesidad de voltear a ver otra opción política que sea confiable, pero sobre todo, que no tenga nada que ver con los caciques que tradicionalmente controlan la vida política del municipio, para instalar en la alcaldía a un nuevo Presidente preparado profesionalmente, con ideas y propuestas innovadoras, que verdaderamente sirva a la gente.
El desgaste natural que ha sufrido el PRI al haber ejercido el poder por más de ocho décadas combinado con la debilidad que demuestra su actual candidata Anna María Chimal Velasco, prácticamente han impulsado la candidatura de Roberto Téllez Monroy, como nunca antes se había visto en Atlacomulco, a grado tal que la opinión pública le confiere muchas posibilidades al candidato del Partido del Trabajo para convertirse en el primer presidente municipal de ésta demarcación emanado de la oposición. “Es el momento de derrotar al PRI”, comentan los hombres y las mujeres que dialogan y escuchan a Roberto Téllez, pues le reconocen una actitud abierta al diálogo y un discurso que da prioridad a las propuestas y a la cooperación con el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, a quien lo considera como un aliado fundamental que, en caso de que gane la elección, se aprovechará para gestionar programas del Gobierno Federal y atraer los beneficios que se requieren y que harán que Atlacomulco salga de la parálisis en que lo tiene sumido Arturo Vélez Escamilla y toda la podrida red de complicidades que está detrás de él, empezando por Fidel Almanza Monroy, quien la encabeza.
Ante el nerviosismo y la preocupación que la candidatura de Roberto Téllez ha despertado entra la corrupta clase política priísta atlacomulquense, el pasado 11 de mayo, Arturo Vélez Escamilla convocó urgentemente a los empleados del Ayuntamiento para intentar detener el avance de la campaña del Partido del Trabajo; sin embargo, ésa misión se antoja imposible, toda vez que el propio Arturo Vélez Escamilla, con su tibieza y su falta de seriedad en la atención de los asuntos públicos, ha contribuido al declive del PRI, su partido, entre las preferencias electorales de la ciudadanía. Por ejemplo, no haber cumplido su palabra a los habitantes de San Lorenzo Tlacotepec para instalar 5 módulos de vigilancia a cargo de la Dirección de Seguridad Pública Municipal –después de que se suscitara el homicidio de una persona en las festividades de Semana Santa-, con la justificación de que no hay presupuesto para contratar policías que los atiendan, es un decisión tan lamentable que, paradójicamente, convierte al propio Arturo Vélez en el principal obstáculo para que la campaña de Anna María Chimal se recupere.
Asimismo, las expectativas de cambio en el Gobierno Municipal de Atlacomulco se fortalecen aún más por la debilidad, la torpeza y la falta de oficio político de Anna María Chimal, pues ella y su equipo de campaña en el PRI, en un intento por ocultar su incapacidad y falta de preparación para conducir las riendas del municipio, rechazaron la invitación que el pasado 7 de mayo de este año, Roberto Téllez formulara ante el Consejo Municipal No. 14 de Atlacomulco, para sostener un debate organizado por el árbitro electoral. Aprovechando las nuevas disposiciones legales que recién entraron en vigor para la organización, realización y difusión de debates públicos entre candidatos a Presidentes Municipales, Roberto Téllez Monroy asumió su responsabilidad como candidato para mostrar a la ciudadanía su capacidad de debatir y confrontar ideas con el resto de los candidatos participantes en ésta contienda electoral, convencido de que su preparación y profesionalismo le permitirían salir fortalecido aún más.
Con su negativa, Anna María Chimal Velasco no sólo puso en evidencia su falta de profesionalismo y su desconocimiento de los problemas que a diario padecen los ciudadanos a los que pretende gobernar, -pues se recordará que fue impuesta como candidata del PRI por Enrique Peña Nieto más por un capricho que por un reconocimiento a una ejemplar trayectoria en el servicio público- sino también su tradicional actitud soberbia que la lleva a despreciar el diálogo razonado, inteligente y debidamente fundamentado, que inevitablemente debe desarrollarse entre los distintos actores políticos, máxime cuando se es gobernante o representante popular, para contrastar ideas y propuestas con quienes piensan diferente. No haber aceptado el debate con Roberto Téllez, le generó un costo político muy alto a Annita Chimal del que difícilmente podrá recuperarse y que hubiera sido mínimo si hubiera aceptado. Annita Chimal no tiene vocación para ir de la mano con la gente y enriquecer la democracia a la que aspiramos llegar.
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