Historias de nunca jamás: Señor Presidente
- Berenice Moreno
- 5 may 2015
- 5 Min. de lectura
Historias de nunca jamás

– ¡Buenos días mujer! – Expresa Don Margarito a su esposa que se encuentra recostada a su lado en una modesta cama hecha de tablas.
– ¡Buenos días viejo! exclama Tomasa, –levantando la cabeza– ¿Y ahora a dónde vas tan temprano?
– “Me estoy preparando para darle de comer a los animales desde temprano y así poder ir en la tarde a ver al señor candidato que viene a visitarnos hoy”.
¡A visitarnos! –exclama Tomasa sorprendida¬–
– “Sí mujer a visitarnos, ya se llegaron las elecciones y Emilio Pérez Naranjo (EPN), es el nuevo candidato a la presidencia de nuestro municipio, eso fue lo que me dijo ayer en la tarde el delegado”.
– “Pues apúrale viejo, yo también me voy a apurar para acompañarte a ver que nos da el presidente, porque si dices que es Emilio, seguro, seguro ya tiene ganadas las elecciones”.
Pasadas algunas horas y ya en el acto de campaña, EPN en su mensaje y luego de saludar de beso y abrazo a los presentes expresa “queridos vecinos yo soy de pueblo igual que ustedes, conozco sus necesidades y por estoy aquí. Sólo les pido que cuando llegue la hora de votar lo hagan por su humilde servidor. La mejor opción es el PIR no hay otra. Para que no se equivoquen, recuerden que tenemos los colores de la cosmovisión mazahua, no se confundan y elijan bien. Yo les prometo que en cuanto llegue a ser presidente ampliaremos el servicio de electricidad que tanta falta les hace y les mejoramos su camino. Sólo denme la oportunidad y será lo primero que haré”.
¡Viva EPN! ¡Bravo, así se habla! Se escuchó en todo San Francisco…
TIEMPO DESPUÉS…
Una mañana cuando cantaba el gallo Don Margarito le dice a su esposa “voy a visitar al Presidente, ya ves que votamos por él en las elecciones y pos ahora necesitamos que nos arregle la carretera y que nos dé la luz porque eso prometió cuando vino a visitarnos, ya paso más de un año y no se ha vuelto a parar por aquí. Quizá tiene harto trabajo y mejor hay que irle a recordar los acuerdos que hizo con esta comunidad. Me van a acompañar algunos de los vecinos, nos vemos a mi regreso mujer”. Entonces, Don Margarito inicia su camino en busca de sus vecinos que lo acompañará a la Presidencia Municipal.
Al llegar a las instalaciones de la presidencia, Don Margarito y sus acompañantes saludan amablemente a la persona que se encuentra atendiendo y ésta a su vez y con cara de pocos amigos, los mira de reojo cuestionándoles:
¿Qué se le ofrece?
– “Mire señorita somos de San Francisco, allá bien lejos, como a dos horas de camino de aquí.
– “¡Ay señor! déjese de tantas palabras y explicaciones que no tengo tiempo de escuchar esa cosas y dígame qué quiere”
– “Pues lo que queremos es hablar con el señor Presidente para recordarle que San Francisco está muy olvidado y que necesitamos la luz y el revestimiento de las carreteras. Compromiso que hizo cuando estaba en campaña”
– “Hijoles señor, eso sí que va a estar bien complicado. El Presidente tiene mucho trabajo y no puede atenderlo ni hoy, ni mañana, ni pasado. Sería hasta dentro de cinco meses que se diera una vuelta por aquí y a lo mejor ya lo puede recibir”
– “Bueno, si dice que tiene trabajo, nosotros entendemos y nos esperamos, sólo le encargamos que si lo ve y habla con él, le diga que San Francisco está muy olvidado”.
– “Sí, yo le digo ahora con permiso tengo cosas que hacer”.
CINCO MESES DESPUÉS
– “Señorita ¿cómo está? soy Margarito. Hace cinco meses estuve aquí con unos vecinos de mi comunidad. Ellos ya no pudieron venir porque no hay para el pasaje y además estamos sembrando. Pero vine yo en su representación y quiero hablar con el presidente, por lo del revestimiento y la luz en San Francisco, cree usted que si me pueda recibir el presidente”
– “No pues está difícil, salió a comunidad y no va a regresar hasta la tarde, pero si gusta darse una vuelta en unos meses más posiblemente lo reciba”
– “¿Unos meses más? Pero señorita, ¿cuándo? ya casi acaba su periodo como presidente y ya se va a ir como Diputado”
– “Ah, pues mire precisamente, cuando sea Diputado es cuando los va a apoyar. Qué le parece si usted y sus vecinos de San Francisco organizan una comida para el candidato ahora que inicien las campañas y entonces los vamos a visitar y ya estando haya pues le habla de las necesidades que tiene su comunidad”
En esos instantes Don Margarito ve a escasos metros al aún Presidente, toma su sombrero y sale corriendo y gritando ¡Señor Presidente, señor Presidente!
EPN, Presidente de San Patricio, – municipio gobernado durante 70 años por el PIR–, detiene su acelerado paso un instante y voltea.
– “Sí dígame, ¿en qué puedo ayudarlo?”
Margarito le extiende la mano para saludarlo, pero el Presidente se niega comentando que trae varios papeles y que le es imposible hacerlo.
– “Pues verá señor, en campañas usted nos dijo que ampliaría la electricidad y mejoraría las carreteras de mi comunidad, allá bien lejos –señala en dirección al horizonte– y pos ya pasaron casi los tres años de su gobierno y no le hemos visto ni el polvo”
– “¡Don Margarito!, claro que me acuerdo de usted, cómo voy a olvidarlo, si recuerdo que nos dio de comer unos quelites bien sabrosos el día que lo visitamos. Ha venido de tan lejos solo para visitarme, no me lo esperaba muchas gracias”
– “Pos no solo a visitarlo, he venido a recordarle que tiene que cumplir con lo que prometió”
– “Mi líder, claro que vamos a cumplir solo déjeme que llegue a la Diputación Federal para que me sea más fácil darles el apoyos, porque como Presidente es muy difícil tener acceso a los programas. Ya casi inician las campañas, pronto los visitaré. ¿Verdad que me van a apoyar?”.
– “Mire señor Presidente usted se comprometió a realizar esas obras en la comunidad y queremos que lo cumpla”
– “Sí mi querido amigo, pero no hay presupuesto. Le prometo que esta vez si se va a poder como Diputado las cosas mejoraran”
– “¿Está usted seguro, que si lo apoyamos, ahora si nos ayudará?”
– “Sí Don Margarito, se lo prometo que sí, solo échenme la mano una vez más”
– “Bueno está bien confiaremos en usted y lo esperamos por la comunidad, le haremos otros quelites”
– “Gracias Margarito, –exclama estrechándole la mano– ¡GRACIAS! Por ahora lo dejo porque tengo mucho trabajo. Que esté bien. Ya quedamos. Cuento con ustedes”.
Al alejarse de Margarito, EPN suelta a quien funge como su secretario. “Te dije que todo es cuestión de marearlos un poco, al final todos terminan aceptando y olvidándose de lo que paso, ya tenemos ganada la elección, bueno haremos el sacrificio de visitar las comunidades más alejadas, esas a donde ni los burros llegan de tan feos que están los caminos. Pero, finalmente ya cuando sea diputado nos servimos con la cuchara grande y hasta coche nuevo nos toca”. Ambos sonríen y se alejan.
¿La historia te parece familiar?, esto sucede cada tres años o cada seis según sea el caso, solo recuerda que quien no cumplió una vez JAMÁS LO HARÁ. Por eso, ¡PIENSA BIEN ANTES DE DECIDIR!
Comments